- BBS Zona 10
Curso de Auto-Rescate
- 10 min
- BBS Zona 10
Natación Avanzada ( Lunes – Miercoles y Viernes ) x 1 Mes
- 10 min
- BBS Zona 10
Natación Avanzada ( Viernes ) x 1 Mes
- 10 min
- BBS Zona 10
Natación Avanzada ( Martes y Viernes ) x 1 Mes
- 10 min
- BBS Zona 10
Adaptación al agua ( Martes y Viernes ) x 1 Mes
- 10 min
- BBS Zona 10
Adaptación al agua ( Lunes y Jueves ) x 1 Mes
- 10 min
Preguntas Frecuentes
Tenemos 4 cursos:
ADAPTACION AL AGUA: Desarrollo psicomotor enfocado en la seguridad y la independencia acuática. Edades de 4 a 9 meses. Clases 2 veces por semana. El valor del curso es Q2,400.00 mensual.
AUTO-RESCATE: Aprender a “valerse en el agua” (sumergirse, flotar, llegar a una orilla, agarrarse, pedir ayuda, nadar con ropa). Edades de 10 meses a 7 años o más. El curso dura de 4 semanas, las clases son todos los días de lunes a viernes. El valor del curso es de Q4,800.00.
NATACIÓN AVANZADA: Únicamente para los alumnos que han participado en nuestros programas de Adaptación al Agua y/o Auto-Rescate. Clases 1 y 2 veces por semana.
CURSO DE PRIMEROS AUXILIOS y RCP: de ECSI (Emeergency Care and Safety Institute). Certificación Internacional, válida por 2 años. Consulte las tarifas.
Nuestro método se basa en un sistema de “trabajo-recompensa”, son 10 min de clase individual y 10 min de juego con los juguetes de agua. Contamos con medidas de bioseguridad.
El horario usted lo escoge según disponibilidad. Estamos abiertos de lunes a viernes de 12:00 a 16:30.
Estamos en:
15 Calle 1-11 Zona 10
Waze: Edificio TerraEsperanza
Guatemala
Tenemos 3 programas más:
*Adaptación al Agua para niños de 4 a 9 meses.
*Programa de Natación Avanzada para niños graduados de los programas de Auto-Rescate o Adaptación al Agua.
*Curso de Primeros Auxilios y RCP.
Las clases son individuales. Nuestras instructoras son coaches certificadas bajo la American Swimming Coaches Asociation que además cuentan con una certificación internacional de primeros auxilios y RCP de ECSI (Emergency Care and Safety Institute).
El agua de la piscina cumple con las recomendaciones de la American Academy of Pediatrics (AAP) en cuanto a temperatura y calidad del agua para bebés desde los 3 meses de edad.
La temperatura del agua se encuentra a 32.5 grados Centígrados (91 F).
Guardamos medidas de bioseguridad.
La respuesta es probablemente SI.
Los niños menores de 3 años tienen un rechazo natural hacia los desconocidos o extraños lo cual es totalmente normal en esas etapas del desarrollo. El problema es que a estas edades también carecen de una “Conciencia del Peligro” y aún no han desarrollado un respeto al agua. Ellos no saben que el ahogamiento existe. La mayoría de niños ven el agua y quieren ir a ella.
Si su bebé llora, tenga paciencia, al cabo de un par de días la instructora se convierte en una conocida amiga y guía con quien desarrollará un lazo de confianza.
Son 20 min en el agua: 10 minutos de clase con la instructora y 10 minutos de juego con su madre (área de juguetes) bajo nuestro sistema de “Trabajo-Recompensa”.
10 minutos es el tiempo comprobado de capacidad de atención y retención a estas edades.
El método se basa en la repetición y el desarrollo de la memoria muscular optimizando así el avance Sensorio-Motor.
Los 10 minutos de clase son continuos NO tiene que esperar su turno.
La clase es personalizada y se adapta a cada niño en particular.
Las instructoras son profesionales, altamente capacitadas y con certificaciones internacionales.
El curso de Auto-Rescate es efectivo porque las clases son todos los días y se retiene lo suficiente para poder avanzar hacia el día siguiente. Así es como los niños aprenden a gatear y a caminar: practicando todos los días, así también aprenden a “Valerse en el Agua” y a Auto-Rescatarse.
No hacemos clase de prueba para el curso de Auto Rescate. ¿Por qué?
Los niños llegan a un entorno nuevo con una persona nueva y desconocida por lo que tienden a rechazar esta nueva experiencia incluso antes de probarla. Esta es una reacción normal en los niños que inicia alrededor de los 8 a 11 meses de edad: “rechazo a extraños”.
Una clase de prueba no hace referencia a un método que requiere un proceso de aprendizaje. Los padres deben investigar, evaluar y decidir qué tipo de programa de natación será el más efectivo para su hijo/a basado en evidencia. La respuesta no está en una clase de prueba. Además el curso es todos los días así que después de un par de días la instructora se convierte en conocida, amiga y guía.
Nuestro método es personalizado por lo que el instructor se adapta a las capacidades de cada niño y su temperamento. Creemos firmemente en la inclusión. Hemos enseñado a niños con autismo, Asperger, parálisis cerebral, síndrome de Down y espasmo del sollozo.
Cada instructor de Baby Survival Swim se somete a 80 horas de entrenamiento en agua con un Máster Instructor y alumnos reales, además de recibir formación académica en anatomía, fisiología, psicología infantil, comportamiento y desarrollo, aprendizaje sensorio-motor y como cada una de estas se relaciona con el medio acuático. Son coaches certificadas por la ASCA (American Swimming Coaches Asociation) y cuentan con una certificación internacional de primeros auxilios y RCP de ECSI (Emergency Care and Safety Institute).
El objetivo de Baby Survival Swim es que un niño aprenda una seguridad acuática integral. Además de aprender a flotar, nadar y autorescatarse, también debe aprender a respetar el agua.
En menos de 4 semanas su hijo aprenderá a darse la vuelta y flotar desde cualquier posición, pedir ayuda y esperar el rescate o llegar al borde de la piscina y agarrarse.
Este es un curso básico para preparar a su hijo con una capa o barrera de prevención que, si las demás barreras fallan, este técnica aprendida de manera experiencial es “la capa de prevención” que su hijo lleva siempre.
Recomendamos inscribirlos en las clases avanzadas para continuar aprendiendo, ahora, a nadar y la magia de disfrutar del agua de manera segura.
La natación es el único deporte que puede salvarle la vida.
El lunes pasado fuimos a nadar a un club. Mi esposo se quedó con los niños en la piscina de niños mientras yo iba al restaurante en el 2do nivel.
Caminé hacia el balcón que da hacia la piscina para decirles que era hora de salir, y mi esposo salió a buscar las toallas pero dejó a los niños en la piscina. Vi como nuestro pequeño, Hans, perdía el equilibrio y se hundía, y en un par de segundos ¡ya estaba haciendo el back float! Por más que grité para advertir que se había caído, nadie me escuchó. Aunque había mucha gente dentro y fuera de la piscina, nadie se dio cuenta, ni siquiera los dos guarda vidas de turno, ya que todos estaban viendo el partido de la Copa Mundial de fútbol.
Hans se quedó flotando sobre su espalda hasta que mi esposo entró a sacarlo.
El curso no solo les enseña a los niños las herramientas para salvarse, sino que también les da seguridad y confianza en sí mismos para tomar decisiones en alguna situación de emergencia.
¡Muchas gracias Baby Survival Swim por enseñar a mis hijas a flotar y sobrevivir en el agua! Pudimos ver los buenos resultados solo unas semanas después de terminar el curso. Mi segunda hija, Lili, de 2 años, se cayó a la piscina. Inmediatamente logró flotar y gritar pidiendo ayuda. Estábamos todos alrededor de la piscina con ella, pero nadie se había dado cuenta de que se había caído. Gracias al curso y las habilidades de auto rescate, mi hija pudo flotar el tiempo suficiente para pedir ayuda y esperar el rescate.
Eduardo García (padre de Javier de 3 años y Adrián de 2 años)
Tengo dos hijos de 3 y 2 años. Estaba en la piscina de un hotel con Javier, de tres años, mientras que al otro lado de la piscina vi caer al agua a mi hijo menor, Adrián, de dos años. Corrí a rescatarlo. Hubo segundos de angustia. Al llegar, mi hijo flotaba tranquilamente sobre su espalda llamándome. Me di cuenta de lo importante que había sido el curso. Baby Survival Swim no solo salva vidas, sino que los niños pueden disfrutar del agua de forma segura.
Hace tres años, en pleno invierno, hicimos una escapada a nuestro apartamento de playa situado en un pueblo llamado Sabinillas, muy cerca de Málaga, España. A mis hijos les encanta ir allí porque tenemos un porche con jardín y piscina (vivimos en un apartamento en Casablanca, Marruecos).
A los pocos minutos de llegar, se escuchaban gritos y llantos provenientes del exterior. Salimos corriendo a ver que pasaba y nos encontramos a nuestro hijo de 3 años, Ubai, en medio de la piscina con su carita fuera del agua, digamos que había hecho el back float, no era perfecto pero lo suficientemente bueno para salvarse, no había terminado el curso, tal vez había hecho alrededor de 3 semanas, pero gracias a esto, pudo salvar su vida.
Su padre lo sacó del agua, lo cobijamos y seguía llorando porque se asustó.
Ahora recordamos el incidente y sabemos que el curso Baby Survival Swim había sido la mejor inversión que podíamos haber hecho, más aún sin saber que realmente salvaría la vida de mi hijo.
Kayss comenzó su curso de natación de supervivencia para bebés cuando tenía 17 meses. lloró mucho al principio pero en la segunda semana ya estaba haciendo "el back float". Su llanto cambió de tono, ya no era de miedo, sino de queja.
Se quejó durante 6 semanas pero siempre hizo lo que la instructora le pedía que hiciera.
Durante el inicio de curso se negó a entrar en otras piscinas.
Cuando terminó el curso siguió yendo una vez a la semana a practicar y ahora a aprender a nadar. Algo hace clic en Kayss y deja de llorar y ahora quiere ir a su clase y comienza a amar la piscina.
Un día estábamos en Marrakech en casa de mis padres, donde tenemos una piscina cubierta dentro de una habitación con la puerta siempre cerrada con llave. Kayss tenía poco más de dos años, cuando de repente lo veo regresar con la ropa toda mojada. Cuando fuimos a revisar la piscina, ¡la puerta estaba abierta! Debió entrar, se acercó al borde para agarrar algún juguete y cayó al agua, pero logró salir por sus propios medios. Estaba orgulloso pero un poco asustado.
Gracias a Baby Survival Swim, no fuimos víctimas de la tragedia de perder a nuestro hijo por ahogamiento.
Ferdi tenía 4 años cuando tomó el curso Baby Survival Swim. Acabábamos de mudarnos de Londres a Casablanca, y decidimos que la intensidad del curso y la corta duración del mismo era una buena opción para que Ferdi aprendiera a nadar lo más rápido posible.
Ferdi era un niño muy atlético y obediente, por lo que no tardó mucho en aprender a flotar boca arriba. Se graduó del curso de auto-rescate y decidimos que siguiera las clases avanzadas una vez a la semana para que ahora pudiera aprender a nadar. A Ferdi le encantaba ir a sus clases, mejoraba, socializaba, jugaba y se sentía cómodo en una piscina climatizada.
Hace unas semanas, estábamos en el lago Bin El Ouidan en Marruecos, pescando. Mientras estábamos parados en una balsa, Ferdi perdió el equilibrio y cayó al lago. Lo vi caer. Antes de saltar para salvarlo, quería ver cómo reaccionaba. Me emocioné y llené de orgullo cuando lo vi nadar más rápido de lo que había caído, hacia la orilla. En ese momento le dije a mi hijo: "¿Te das cuenta que lo que aprendiste en Baby Survival Swim te salvó la vida?" Y él respondió: "Sí, gracias a Mónica"
Ocurrió en el mar Mediterráneo cuando estábamos acampando en el norte de Marruecos.
En un momento, mis ojos se centraron en Lilo, mi hijo mayor de 3 años. Estaba empujando sus límites sintiéndose muy confiado nadando bajo el agua después de un mes en la playa.
De repente escuché gente gritando y corriendo hacia el océano como si acabaran de ver a un niño de un año y medio perdido en el mar. Miré en la misma dirección pero no tuve la misma reacción: Corrían a rescatar al pobre niño, yo caminaba tranquilamente, felicitando a Ness por su “auto rescate” y por flotar tan bien sobre su espalda. Cuando lo saqué del agua, Ness no se estaba riendo, por supuesto, pero tampoco estaba entrando en pánico.
Lo que no esperaba era que los testigos comenzaran a insultarme y gritarme. Claramente me consideraban una mala madre y una asesina en potencia. Traté de explicarles que sabía que mi niño estaba a salvo cuando lo vi flotando boca arriba, había terminado un curso de natación de supervivencia para bebés de 5 semanas y era ¡el mejor bebé flotando!, pero no me escucharon ni me entendieron (yo en francés y ellos en árabe). En un momento me enfadé por ser atacada en este punto ya que me considero todo lo contrario (soy mamá gallina, sobreprotectora, luché y me esforcé para que mis hijos fueran de Mohamedia a Casablanca (aprox. 50 km) , todos los días durante 5 semanas para que realizaran el curso, mientras trabaja al mismo tiempo). Mi reacción fue tirar a Ness al agua y dejar que hiciera su “espectáculo de supervivencia” frente a los atacantes.
¡No podían creerlo ni con sus propios ojos! Sus rostros enojados se convirtieron en rostros felices, como si hubieran visto un ángel o al mismo Dios. Esta vez, hicieron cola para darle un beso a Ness. ¡Lo sé, es un ángel!
Soy muy sensible con el tema de los accidentes por ahogamiento en niños.
De hecho, soy Médico de Urgencias en SAMU (Servicios Médicos de Emergencia) en Francia.
Me he tenido que enfrentar a varias situaciones de niños que han sufrido ahogamientos accidentales donde se ha producido la muerte o han quedado con daño cerebral. Siempre es la misma historia, todo pasa tan rápido, unos minutos, incluso segundos cuando ocurren estas tragedias. Incluso las protecciones exigidas por la ley en Francia y muchos países desarrollados fallan (alarmas, barreras, vallas, la puerta que alguien se olvida de cerrar...) Los niños caen en piscinas, lagos, canales, etc.
En una nota personal, mi hija de dos años, durante un verano, se confió demasiado con las alitas (arm-floats) debido a los días que pasó en la piscina. Un día se olvidó de que no los tenía puestos y se tiró al agua. Nunca hubo un sonido para alertarnos o cualquier "splash", y ella se fue directamente al fondo. Tuve suerte de verla y salvarla, pero durante mucho tiempo no quería meterse en una piscina.
Esta es la razón por la que nunca quisimos tener una piscina donde vivíamos. Cuando alguien me habló de los cursos de Baby Survival Swim que impartía Mónica Fernández, me comuniqué con ella, después de algunas preguntas, inscribí a mis dos hijas, de 3 y 4 años. Incluso las saqué de la escuela antes, después de hablar con el director de la escuela, ya que Mónica no tenía espacio en los horarios que nos convenían, pero para mí era una cuestión de prioridad.
Después de las 5 semanas de curso, el resultado fue magnífico, me enorgullecía mucho verlas nadar como pececitos, independientes y seguras, siempre dándose la vuelta para flotar boca arriba ya sea para tomar aire o para descansar y luego seguir nadando para agarrarse de la orilla . Después del curso, continuaron con las clases avanzadas aprendiendo la técnica de natación. ¡Pero la base, la seguridad, mi primera prioridad!
Mil gracias Baby Survival Swim!!
Soy madre de dos niños, Mamoon, 5, y Hamza, 3 y medio. Mi hijo mayor, cuando solo tenía 2 años se cayó a la piscina de casa. Por suerte yo estaba allí. Después de este incidente, Mamoon no quiso volver a acercarse a una piscina.
Empecé a llevarlos al curso de Baby Survival Swim con Mónica Fernandez en Casablanca, Marruecos, a mediados de junio de 2009. Al principio fue difícil porque los niños no querían meterse a la piscina. La instructora fue muy paciente, y al final de la primera semana ellos mismos pidieron ir "a sus clases". Después del curso de 5 semanas, eran totalmente independientes, nadaban y flotaban de espaldas para respirar.
A mediados de julio, estaba cenando con mi esposo dentro de la casa cuando escuché a Hamza llorando y gritando “Tengo frío. Tengo frío. Rápido más rápido... "
Salimos corriendo al jardín, y allí estaba, Hamza en pijama y pantuflas todo mojado. Mamoon, mi mayor, comenzó a reírse de su hermano en tono burlón "Hamza se cayó a la piscina y salió mojado"
Fue entonces cuando nos dimos cuenta de la importancia de este curso.
¡La vida de nuestros hijos no tiene precio!
No tenía cámara para mostrarle a Mónica el gran trabajo que ha hecho, ¡mi hijo se salvó gracias a lo que aprendió en este curso!
Gracias desde el fondo de mi corazón, Baby Survival Swim.
Hola, mi nombre es Sara Fernández, y ahora les voy a contar cómo el curso de Baby Survival Swim que tomó mi hijo le salvó la vida.
Soy española pero vivo en Casablanca desde hace varios años; Conocí a Mónica Fernández a través de unos amigos en común,
ella me explicó los cursos que impartía, natación de supervivencia, y decidí llevar a mi hijo, que en ese momento tenía un año y medio; Lo que no sabía en ese momento era que esta decisión iba a salvar la vida de mi hijo.
Primero, debo explicar que me considero una madre "súper protectora", una "mamá gallina", de esas que no quitan la vista de su hijo ni medio segundo.
Un plácido día de mayo, me reuní con varios de mis amigos y sus hijos en la casa de un amigo. Como era primavera, todavía no hacía mucho calor y algunos niños decidieron meterse en la piscina, y otros, como mi hijo, decidieron no ponerse el bañador y jugar a la pelota en el jardín.
Estábamos sentados a solo tres metros de ellos. Mirábamos mientras charlábamos… pero fue entonces, en décimas de segundo, que retiré mi atención, cuando escuché a mi hijo llamarme, “mama, mama” inmediatamente dirigí mi mirada hacia el jardín, que es donde él había estado hace un segundos, jugando a la pelota; al no verlo, me puse nerviosa, miré a mi alrededor porque no sabia de donde venia su llamado... mi sorpresa fue, cuando me acerque a la piscina grande y profunda, lo vi en el medio, completamente vestido y con los zapatos puestos, flotando sobre su espalda mientras me llamaba. Entré a sacarlo tranquila, porque él estaba tranquilo, se sentía seguro haciendo el back float.
Me transmitió serenidad, no tenía miedo… sabía lo que tenía que hacer, lo había hecho muchas veces en las clases.
Fue cuando llegamos a casa, cuando se lo conté a mi marido, que fuimos plenamente conscientes de lo que podía haber sido, y de cómo nuestras vidas podían haberse convertido en un infierno, por esa fracción de segundo en que pierdes la atención.
Llevarlo al curso Baby Survival Swim ha sido, de momento, la mejor inversión y decisión de mi vida.
Espero que este testimonio ayude a muchas madres a tomar la decisión de llevar a sus hijos al curso para evitar una tragedia, como gracias a Dios no nos pasó a nosotras.
Gracias Mónica por tu profesionalidad; Ander extraña mucho tus clases.
Cuando vivíamos en Marruecos, el buen tiempo hacía posible tener una piscina en el jardín de la casa. Pero su ubicación, tan cerca de la puerta de salida de la sala nos asustaba, a mi esposo y a mí por nuestra hija, que tenía 10 meses.
Por lo tanto, a los 10 meses decidimos inscribirla en el curso de natación de supervivencia para bebés de Baby Survival Swim. Estábamos convencidos de que era la mejor y la más segura opción no solo porque teníamos la piscina en casa, sino por si nos íbamos de vacaciones o a casas de amigos con piscina, o al mar. También estábamos convencidos de que sería algo que nunca tendríamos la oportunidad de comprobar, ya que nunca le quitábamos los ojos de encima cada vez que estábamos en el jardín y siempre teníamos la puerta de acceso a la piscina cerrada y con llave por seguridad.
Un día, mientras mi esposo y yo nos bañábamos en la piscina, con ella, cuando salimos del agua, mientras nos poníamos la toalla, se cayó al agua. Ni siquiera puedo decir que estaba de espaldas y no la vi, que contesté el teléfono o que me descuidé. ¡La pierna de mi hija estaba tocando mi rodilla cuando se cayó! pero, aunque tanto mi marido como yo estuvimos a punto de tirarnos al agua para sacarla, queríamos ver cómo reaccionaba sola: y comprobamos que el curso era efectivo!!!! hizo exactamente lo que tantas veces había repetido en sus clases: cuando resurgió, se acostó boca arriba para respirar y con mucha calma, como si fuera un juego, me llamó. Como no la saqué, se volteó nadó y volvió a voltearse sobre su espalda para respirar, y así hasta llegar al borde y poder agarrarse, que era otro de los ejercicios que hacía en clase. Aunque nosotros (no ella) estábamos nerviosos, fue un momento precioso en el que pudimos comprobar que ella podría salvar su vida en caso de accidente y caída al agua.
Ha sido sin duda una de las mejores cosas que hemos hecho por ella y el mejor dinero invertido. Lo que más nos gustó y lo que nos influyó para hacer el curso con Mónica es que no era un simple curso de natación sino una atención individualizada para mi hija con su instructora. En esos 10-15 minutos no había nadie más que ellas dos en el agua y su instructora tenía el compromiso de enseñarle a mi hija (con juegos, risas y mucho amor también) a salvar su vida en una situación de peligro.
Siempre les estaré agradecida por algo tan importante.
Mi hija se salvó gracias al curso. Fuimos a Iztapa, Guatemala, para mostrarles a un par de amigos estadounidenses el Océano Pacífico. Le pedimos a un lanchero que nos llevara a través del canal para ver el Océano de cerca, ninguno de nosotros tenía chalecos salvavidas porque solo eran unos 20 metros para llegar al otro lado. .
La hélice del bote se enredó en unas algas y nuestro amigo estadounidense saltó del bote y se lanzó al agua para desenredarlo. Cuando saltó, el bote no resistió la fuerza del salto y volcó (perdimos teléfonos y una tableta).
No era profundo porque podíamos pararnos en el fondo fangoso, el agua nos llegaba a la altura del pecho. Lo primero que hice al ponerme de pie fue buscar desesperadamente a mi hija. Unos segundos después la veo flotando a 10 metros de distancia. Estaba llorando, estaba asustada pero había logrado posicionarse en relación a la superficie y estaba flotando sobre la espalda mientras nosotros veníamos a rescatarla.
Gracias a Baby Survival Swim mi hija se salvó. En esa agua turbia no habríamos podido encontrarla si hubiera estado bajo la superficie.
En solo 4 sesiones pude apreciar el valor del curso. Mi hija Camila, después de terminar su clase, mientras estaba en el área de juegos, cayó sola al fondo sin ningún adulto adentro. Gracias a lo aprendido en las pocas clases de Baby Survival Swim, flotó boca arriba hasta que la instructora se metió al agua para sacarla.
Mi hijo Marcelo estaba en un infalible cuando accidentalmente sus primos lo hicieron caer. Lo vi caer desde el comedor. Al ver el incidente, grité y corrí a su rescate. Cuando me acerqué al borde de la piscina,
observé cómo salía a la superficie y flotaba para esperar el rescate. Justo lo que aprendió en el curso Baby Survival Swim. Marcelo aplicó la habilidad aprendida. El curso vale 100% la pena. Por mucho que los cuidemos y seamos precavidos, lo mejor es darles las herramientas. Depende de ellos sobrevivir, tienen esa última oportunidad si todo lo demás falla.
Ayer en el lago de Atitlán en Guatemala, estábamos desayunando, Matías mi hijo de 3 años estaba jugando cerca de la orilla de la piscina y sin que nadie se diera cuenta se cayó completamente vestido con tenis.
Flotaba boca arriba, no gritaba pidiendo ayuda, pero flotaba y respiraba, nos advirtió la niña con la que jugaba.
Gracias Baby Survival Swim, nunca esperé ver la efectividad del curso, nunca querrás probarlo, pero el curso le salvó la vida.
Flotaba boca arriba, no gritaba pidiendo ayuda, pero flotaba y respiraba, nos advirtió la niña con la que jugaba.
Gracias Baby Survival Swim, nunca esperé ver la efectividad del curso, nunca querrás probarlo, pero el curso le salvó la vida.
Dos meses después, estábamos en la piscina de la azotea de un hotel, mi esposo estaba justo al lado de los niños y mi padre junto a él, yo también estaba allí. El teléfono sonó y me puse de pie y aparté la vista, mi esposo se giró para decirle algo a mi papá, y en unos segundos, Noah perdió el equilibrio y se hundió. Tan pronto como cayó, flotó y comenzó a gritar “mami, mami”, tiré mi teléfono y corrí a la orilla, mi esposo estaba más cerca y saltó para levantarlo; me dijo “te juro que volteé unos segundos para decirle algo a tu papá, luego escuché los gritos”. Tomé la toalla y lo consolé. Le dije a Noah que hizo lo que se suponía que debía hacer, estaba llorando. Estábamos en shock por lo rápido que sucedió todo, supervisábamos directamente a nuestros hijos.
Con Ian, quien también tomó el curso hace 2 años y medio, nunca tuve la oportunidad de ver si el curso funcionaba (nadie quiere que su hijo demuestre en situación real, sus habilidades de auto-rescate).
Creo que si él no hubiera aprendido a flotar y gritar, yo no estaría contando la misma historia.
La técnica del curso es efectiva y estoy muy feliz de que Baby Survival Swim existe y funciona.
Hace unas semanas estuvimos de vacaciones y en la piscina profunda del hotel había unos juegos inflables (resbaladero, toboganes, etc). Mi hijo, de 3 años y medio, estaba jugando allí, junto con mi esposo. Entonces, llegó mi sobrina de 2 años, que también quería meterse a la piscina. Mi esposo fue hasta el borde para agarrarla y fue entonces cuando escuchó un "chapoteo" en el agua.
Era mi hijo, que se había tirado del tobogán sin esperar a que mi marido lo recibiera. Mi esposo cargaba a mi sobrina y como estaba a mitad de la piscina y era profunda, vio como mi hijo pateaba para salir a la superficie, y en ese momento, en cuestión de segundos, se puso en posición de flotar y se quedó flotando esperando a que mi esposo lo fuera a buscar. Llevar a mi hijo al curso es una de las mejores decisiones que he tomado. Es realmente tranquilizador saber que podrá estar a salvo en una situación peligrosa en un lugar donde hay agua. Nunca pensé que nos podría pasar a nosotros, pero en cuestión de segundos, incluso cuando mi esposo estaba allí con él, sucedió. Si no hubiera sabido qué hacer, podría haber terminado mal.
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